La fiesta empezó a las 10, pero llegué una hora después. Entré, el ambiente tenía una nube de cigarro y mucho alcohol. Estaba desde la cuica de Oriente hasta el marginal de Conchalí: todos, en una sola fiesta.
Caminé hacia de la casa, el ambiente era el mismo que en la entrada, ahí estaban mis amigos. Seguí caminando hasta llegar al segundo piso donde encontré a Oriente, estaba con sus amigas, riéndose de la gente de la fiesta. El aire era fresco, limpio. Sin embargo, decidí bajar nuevamente hasta llegar al subterráneo, ahí, encontré a Conchalí, comentado sobre las cuicas de arriba. El ambiente, al contrario del segundo piso, tenía una nube de diversos colores; apenas pude respirar.
Pero, ¿quién soy yo?, ¿Qué hago en esta fiesta? Estos no es una fiesta. Esto es Santiago. Una mezcla de ambientes, personas y credos.
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