domingo, 4 de agosto de 2013

EL SAUCE

La depravación se había terminado: su decisión se encontraba tomada, y nada podría hacerlo cambiar de opinión. Ya no desperdiciaría ni un mísero segundo de su vida. Todo debería ser por algo, pues nada debe ser gratis. La vida le ha enseñado a golpes, piedras y empujones que esa ley es incorruptible
Miró sus manos ensangrentadas una vez más, dejando de lado todo prejuicio y se sumergió en sus propias fantasías, aquellas que lo rondaban desde el comienzo de los tiempos. Se sintió tranquilo, al descubrir que esta situación era algo que estaba predestinada hacía siglos.
El sauce se acercó... día a día, cada vez más cerca. El sauce. El bendito (o maldito, inclusive) sauce que llenaba sus sueños se podía ver en la realidad, instalando en su balcón, contoneando sus raíces y ramas; llamándolo, invitándolo.
Sus manos no estaban entintadas, sino que por el contrario, estaban límpidas. Cerró los ojos y se entregó a la princesa de toda una vida. . .

miércoles, 27 de junio de 2012

Chile como una Casa de Campo

Quiero comenzar parafraseando a un importante historiador Chileno: Gabriel Salazar. Según él, Chile es una casa de campo. Claramente, al decir esto, hace una referencia a la novela del escritor José Donoso. No obstante, él se refiere a que las relaciones en este país se dan por el amiguismo. En mi caso, utilizaré la cita para cumplir un sueño que tengo hace años, ya que desde que leí esta frase, he querido cuestionar los roles que cada mandatario representaría, en caso de que nuestro país fuera, en efecto, una hacienda.
Salvador Allende –pues con él se puede decir que comienza este proceso– sería, literalmente, el médico de casa patronal. Sin embargo, tal cual expone Donoso en Casa de Campo, los doctores, al verse permeados por el trato con la gente, desarrollan otras sensibilidades. Así, llega al poder con el apoyo de los inquilinos.
La temida sombra de Pinochet, aquel jefe de justicia que tomó el poder por la fuerza –porque si bien se puede argumentar que fue algo necesario, la forma nunca fue la correcta–, llegó a representar a la fuerza policial que toda hacienda debe tener. En este sentido, su aparición en el contexto chileno sería la del subordinado que se eleva, a petición del terrateniente, quien probablemente se encontraba de vacaciones en otro lugar, para recuperar un orden primigenio.
Luego aparece Ricardo Lagos, hombre de espalda ancha que, con su discurso, viene a demostrar la internacionalización del poder. Así, este caballero vendría a retratar a un defensor de la democracia, pero que viene a asentarla, pues el proceso ya estaba desarrollándose.
Michelle Bachelet es la madre, aquella mujer en la que puedes confiar: se presenta, a sí misma, como un doctor y mujer. En consecuencia, se exhibe como el apoyo incondicional que siempre buscamos; la mamá. Además, al presentarse como doctora y socialista, se une a esa figura ya épica y heroica del presidente que resistió en la Moneda –porque no podemos olvidar que Allende resultó electo como el gran chileno.
Finalmente, Piñera vuelve a recuperar un terreno que había perdido. Es, en este sentido, el hijo de aquel patrón de fundo que antaño le pidió a su jefe de seguridad que, y me perdonan el coloquialismo, “ordene el gallinero”. Viene con su aristocracia y promesas de superación a recuperar lo que, según su pensamiento, por derecho le pertenece.

martes, 17 de mayo de 2011

Cita

"A veces, creo hasta en 6 cosas imposibles antes del desayuno" (Alicia).

martes, 3 de mayo de 2011

La Fiesta de la Ciudad.

La fiesta empezó a las 10, pero llegué una hora después. Entré, el ambiente tenía una nube de cigarro y mucho alcohol. Estaba desde la cuica de Oriente hasta el marginal de Conchalí: todos, en una sola fiesta.
Caminé hacia de la casa, el ambiente era el mismo que en la entrada, ahí estaban mis amigos. Seguí caminando hasta llegar al segundo piso donde encontré a Oriente, estaba con sus amigas, riéndose de la gente de la fiesta. El aire era fresco, limpio. Sin embargo, decidí bajar nuevamente hasta llegar al subterráneo, ahí, encontré a Conchalí, comentado sobre las cuicas de arriba. El ambiente, al contrario del segundo piso, tenía una nube de diversos colores; apenas pude respirar.
Pero, ¿quién soy yo?, ¿Qué hago en esta fiesta? Estos no es una fiesta. Esto es Santiago. Una mezcla de ambientes, personas y credos.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Fijación Errada (Reloaded)

Fijación Errada.

En cinco días se cumplirá mi condena. Cuando pasen esos malditos días todo lo que conocía, o creía pensar que era felicidad se borrará para siempre. Tengo miedo. No sé qué va a pasar ese día. Tengo claro que todo lo que pueda sentir, no cambiará la situación que estoy viviendo. De veras me arrepiento de todo; de haber comenzado a pensar, a querer e incluso, a amar.

Alba Subercaseaux estaba sola en su pieza. No podía dormir, a pesar de que ya eran pasadas las tres de la madrugada. Lo más probable es que esto se debiera a los mil y un pensamientos que por su cabeza pasaban. Era la noche del domingo cuando, como todas las semanas, sus padres notaron algo extraño en su comportamiento: llevaba muchas horas callada, ensimismada, pensativa. Por otro lado, nadie en su familia lograba entender cómo podía ser que no hubiera ido a comulgar, ya que esto era casi un hábito en ella, desde el día en que había hecho la primera comunión. Le ofrecieron comer, pero se retiró argumentando un punzante dolor de cabeza. Sin embargo, a pesar de la cantidad de horas en que había estado intentándolo, no había podido conciliar el sueño: su cabeza era un mar de preguntas y pensamientos sin sentido.

Es extraño: llevo horas tratando, pero no puedo evitar de darle vueltas a esta duda que ataca profundamente mi cabeza.

Al fin, y después de largos e inútiles intentos, logró dormir. Sus sueños fueron caóticos, repletos de imágenes que la hicieron moverse de un lado a otro. Se despertó muy temprano bañada en un sudor frío. Había tenido una pesadilla, de la que no pudo librarse en todo el día: a cada minuto le invadían recuerdos de ese onírico mundo. A la noche siguiente, la historia no se repitió. El cansancio fue superior a toda duda que pudiera tener en su cabeza.
Fue transcurriendo así su semana, lentamente, llena de momentos de agonía, hasta el día viernes, cuando al estar en una evaluación en la universidad las lágrimas brotaron de sus ojos, corriendo por sus mejillas, hasta tocar el papel. Estas, a la vez, le tapaban la vista, veía borroso, lo que no le permitía escribir. Debía buscar algún pañuelo para limpiarse y secar la hoja. Pero, en el momento en que buscaba en su cartera, pareció como si el tiempo se detuviera, como si nadie más se moviera y solo ella tuviera la prerrogativa de moverse, hablar y pensar.
Es claro: no puedo vivir en este intento de ocultar la verdad… Debo confesarlo, pero no es correcto, no debería. Mas, no puedo evitarlo, cuando sus ojos se topan con los míos, siento como si todo mi cuerpo temblara, y mis pelos se erizaran; mi pecho se llena de aire y lo boto todo en un suspiro. Es obvio, no puedo seguir mintiéndome. Yo, Alba Subercaseaux, lo amo.

Cuando la noche cubrió el cielo, se arregló para su cita: su hermano se casaba esa noche, debía haber estado lista hacía mucho, mas su cabeza no le había permitido seguir su día de la forma normal. Una vez preparada, respiró profundo y salió rumbo a su destino, al que debería haber llegado hacía más de media hora (por suerte, ser la hermana del novio, era algo que le ayudaba). Su madre, obviamente, la había esperado por mucho rato, pero finalmente, ahogada en los nervios, había decidido esperarla en la Iglesia y así evitar los malentendidos.
Llegó cuando la ceremonia estaba llegando a su punto culmine: el momento del sí. Se sentó cerca de su familia y empezó a escuchar. Los minutos pasaban lentamente y en el estómago se le producían retorcijones, como si alguien estuviera presionándola. De pronto, todos se pararon para escuchar al sacerdote, quien pronunciaba las palabras más importantes de la noche, y el silencio abordó la habitación:

- …Y tú, Alexiel Subercaseaux, ¿La aceptas?
- Sí.
- ¿Existe alguien que se oponga a este enlace?

No se atrevió a hablar, no pudo hacerlo. En su desesperación, se apretó el estómago con las manos, enterrándose las uñas a tal magnitud, que sintió como la húmeda sangre recorría su vestido.

Alba comprendió lo que acababa de suceder cuando ya habían pasado varias horas, cuando ya no había vuelta atrás. Solo aceptarlo.

FIN

lunes, 22 de marzo de 2010

Atribuciones

-¿Quién se cree que es? Apenas me conoce, y se cree con el derecho de apostar sobre lo que voy a hacer con mi futuro, o las decisiones que tomaré.
-Es mi destino. No te creas con la cercanía para venir a intentar hablar de mi.
-Te atribuyes conocimientos y jerarquías, en un lugar y momento no adecuado: es ahí donde yerras.

lunes, 22 de junio de 2009

Decisión

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He decidido que en mi vida pasada, fui un perro.