viernes, 3 de agosto de 2007

Carta a un Hermano Exiliado

Estimado hermano:

¿Cómo estas? Lamento no haber respondido la carta con anterioridad, pero las cosas acá no han estado de lo mejor. Cada vez hay menos libertad, y es más el odio que se siente por el régimen. Pero dime tú, ¿Qué ha sido de tu vida? ¿Cómo ha estado todo por allá?

Para serte honesto, es como si el tiempo no transcurriera desde que te fuiste. Hace meses que no he podido escribir una sola línea de la novela que escribía cuando todavía estabas aquí. No puedo entender porque me sucede esto. Debe ser por el shock que tuve al pensar que te habían matado. En el primer momento no pude ni respirar, por suerte estuvo ahí nuestra gran amiga, quien me ayudo a soportar la tortura de creerte muerto hasta que me llamaste desde Holanda.

Hermano, de verdad te necesito aquí. Me siento cada vez más solo, y es como si el aire que respiro, que además de estar cada vez más contaminado, no traspasara mi garganta. Desde el momento en que nuestros padres desaparecieron, y que tú te fuiste, no he tenido la fuerza para mantenerme en pie solo. Ni siquiera he podido escribir, como te comentaba, ni una sola palabra han salido de mis manos que no sean las que imprimo ahora en esta carta. Por favor, no quiero que te preocupes más de la cuenta al leer esto. Solo necesito tiempo para acostumbrarme a a la idea de no verte siempre, como era antes.

Pero basta de mí, hablemos de tí. Necesito saber que ya te has acostumbrado a aquél lugar. Ha de ser dificil empezar una nueva vida en un lugar tan diferente al nuestro, ¿No? Pero estoy seguro de que tú lo has hecho sin mayores dificultades. ¿Es cierto que ya estas saliendo con alguien? Cuentame eso también, hablame de ella.

Yo se que ahora estamos lejos, separados por distancias, pero al mismo tiempo, siento que estamos más juntos que nunca. Siento que tu exilio ha sido como una cuerda que nos ha unido más que nunca. Te quiero hermano. Se que en poco tiempo más volveremos a estar juntos, y reconstruiremos esta destruida familia. Cuidate, no dejes de responderme lo antes posible, esperare esta respuesta con más ansias que la anterior.


Tu hermano, Javier.

1 comentario:

J dijo...

Que quede claro que algún le escribiré una carta de agradecimiento a mi ducha, y luego se la pegaré en la pared para que la tenga por siempre ahí.
No hay día en el que me meta a la ducha y no se me ocurran cosas extrañas.
Dicen que hay personas que tienen lugares personales e intimos para inspirarse. Pues el mio, es mi ducha xD!!
(Que no se mal entienda, porfavor).