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La princesa lo miraba perpleja. No podía desviar su mirada de este principe que le prometía amor, locura y pasión con su mirada.
Ella no lo sabía, pero al cruzar sus ojos se había entregado a una relación que la desgastaría al punto de querer conocer la muerte. No tenía idea, no lo había siquiera pensado, pero su felicidad ya había comenzado a hacer la cuenta regresiva.
2 comentarios:
Miró a través de sus prístima mirada, mas no vio nada; no pudo dilucidar nada.
Se encontraba firmando su sentencia de muerte, y no pudo contener su pasión. No logró sosternse.
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